Por Francisca Kelly, consultora académica de los equipos técnicos de inglés y EPC de SEDUC.

“La disciplina positiva es una gran vía de formación, ya que desarrolla habilidades de vida en los niños y fomenta relaciones respetuosas entre ellos y los adultos. Es por eso que hay que trabajarla siempre. Sin embargo, durante estos días de cuarentena su importancia crece aún más, dado el contexto de pandemia y de encierro, y la cantidad de tiempo que estamos pasando con los niños mientras intentamos trabajar, a lo que se suma que debemos preocuparnos de sus estudios. Por eso, puede que estemos más estresados y demandados que lo normal. En ese sentido, las estrategias de disciplina positiva nos vienen muy bien porque, por un lado, es muy importante que recordemos el autocuidado de los adultos – ya que estamos más irritables y perdemos la paciencia más rápido – y por otro lado, para que tengamos estrategias para promover una convivencia más sana, respetuosa y agradable, tanto para los niños como para los adultos.

¿Qué consejos prácticos daría para trabajar la disciplina positiva? Por el lado de los adultos, la importancia del autocuidado: darse un el tiempo, aunque sean unos pocos minutos al día, para hacer algo que disfruten: leer, salir a caminar un ratito en el jardín, hacer ejercicios, o lo que sea para relajarse. Por otro lado, en cuanto a la relación con sus hijos, recomiendo que cuando exista un problema en la casa con algún niño, se sienten con él y con la familia para buscar soluciones entre todos. Así se entrega mucha más responsabilidad a los niños en la búsqueda de soluciones, para que no siempre éstas sean impuestas por los adultos.

También necesitamos flexibilidad para que todos estemos un poco más contentos en el encierro, así como la colaboración de todos para seguir las reglas de la casa. Y es genial si se hace una reunión familiar, y se decide a través de la opinión de todos, por ejemplo, cómo mantener la casa limpia o cómo nos vamos a organizar con el uso de los computadores. En todo lo anterior los niños deben participar activamente en la búsqueda de soluciones, para que, reitero, no siempre se impongan las decisiones de los adultos.

Todo lo anterior es muy importante, porque, con la práctica de la disciplina positiva, los niños logran desarrollar una gran autonomía, autocontrol y autoestima, y les permite ser autocríticos y no necesitar siempre de la valoración del adulto”.