El programa Singapur se imparte entre primero y sexto básico de los colegios SEDUC, en la asignatura de matemáticas. Esta metodología se centra en el razonamiento matemático y enfatiza la comprensión y significación conceptual, así como también en la resolución de problemas matemáticos.

En la siguiente entrevista, quisimos profundizar con la asesora del programa Singapur en los colegios SEDUC, Alejandra Besa, algunos aspectos de este programa: por qué se decidió implementarlo en nuestros colegios, cuáles son las principales habilidades que se trabajan, y la importancia del “para qué”  y del “por qué” más que del “qué” al momento de enseñar matemáticas en nuestras salas de clase.

 ¿Cómo llega el programa Singapur a los colegios SEDUC?

“En 2011, SEDUC me contactó, comentándome que se había dedicado mucho tiempo al fortalecimiento del lenguaje, y que ahora se quería igualar la enseñanza de las matemáticas. En base a un diagnóstico, vimos la necesidad de fortalecerlas  ya que las pruebas internacionales han fijado un marco de referencia basado en el desarrollo de competencias matemáticas, las cuales exigen el desarrollo de muchas habilidades”.

¿Cuáles son las principales fortalezas del programa Singapur?

“Primero, el COPISI, mediante el cual profesor debe presentar al alumno los contenidos desde lo concreto, luego desde lo pictórico, y para finalizar, desde lo simbólico. Un alumno que trabaja en esas tres áreas es un alumno que está comprendiendo. Lo segundo – y que es una fortaleza de los textos escolares de Singapur – es la resolución de todo tipo de problemas matemáticos. Lo tercero es que, al existir una línea editorial, hay un hilo conductor entre primero y sexto básico, entonces los alumnos van experimentando este currículum en espiral. Por ejemplo, si yo no pude comprender muy bien un concepto en primero básico, lo puedo profundizar en segundo básico”.

Una de las premisas del programa Singapur no es el “qué” ni el “cómo”, sino el “para qué” y el “por qué”.

“El ‘”para qué” y el “por qué” son fundamentales. Hoy en día, nuestros niños en las salas de clase siempre le están preguntando al profesor “para qué y por qué”. Eso es muy importante, ya que todo lo que están aprendiendo tiene un sentido y también les va a servir como futuros ciudadanos”.

¿Cómo se trabaja con los niños que tienen mayores dificultades para aprender matemáticas?

“Los colegios SEDUC tienen implementado el programa PEIS, que separa los cursos en grupos chicos, donde hay dos profesores por sala, lo cual es algo realmente valioso. Al existir grupos separados, los profesores tienen muy identificados a aquellos alumnos que tienen dificultad. Además de las ocho horas semanales asignadas a matemática, hay una hora que se llama “trabajo grupo chico”, y allí el profesor se asegura que aquellos alumnos con dificultades puedan salir adelante. Sí es cierto que éste es un programa desafiante, porque cambia un poco el esquema, pero al día de hoy yo he observado niños que, pese a tener dificultades en una sala de clases, están encantados con las matemáticas, levantando su manito porque quieren participar y responder”.

¿Qué habilidades del programa Singapur se pueden aplicar en otras asignaturas?

“Hay habilidades del programa – como argumentar, comunicar, razonar e inferir – que complementan las habilidades que se trabajan en otras asignaturas, y eso los profesores lo han experimentado. Me han dicho: “Esto que estoy trabajando en matemática lo voy a llevar a lenguaje”. Hay otras habilidades que son muy propias de la matemática que ayudan a la comprensión, como  son las representaciones y el modelamiento”.

¿Cómo es una clase tradicional del programa Singapur? ¿Cuál es papel que se le da a la teoría y a la práctica?

“La clase tradicional era, por ejemplo, que un profesor entraba a la sala y decía “hoy vamos a ver la clasificación de los triángulos”. Él explicaba y luego nos íbamos a hacer ejercicios. La clase que se promueve ahora es que los niños, a través del trabajo grupal, las interacciones, el uso de material físico y la observación, comprendan la clasificación de los triángulos. Ahora, ¿cuál es el rol del profesor? Allí hay un gran cambio, porque ahora el profesor, en un momento de la clase, es un mediador que tiene que tiene que dar muy buenas respuestas a las preguntas de los alumnos, pero no dar los resultados. El alumno siempre quiere saber el resultado y validarlo. Pero el profesor nunca debe dar el resultado para que así el alumno siga pensando, porque si uno da el resultado, se acabó la clase. En ese sentido, no es que la teoría no sea importante – lo es y mucho – pero para no dar lugar a una matemática mecanicista, se da lugar a muchas formas de pensar”.