Foto: El profesor Alfonso Aguiló durante una charla a los papás de los colegios SEDUC, realizada en el Colegio Los Andes.

SEDUC y sus colegios recibieron una destacada visita: se trata del profesor español Alfonso Aguiló, quien es Vicepresidente del Instituto Europeo de Estudios de la Educación, Presidente de la Asociación Madrileña de Empresas Privadas de Enseñanza, y también Vicepresidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza. Asimismo, ha publicado diez libros sobre temas de educación y antropología, así como más de trescientos artículos en diferentes revistas y publicaciones.

Durante su estadía en Chile, el profesor Aguiló se reunió con directivos de SEDUC Central y de los colegios, así como también con sus profesores. Asimismo, sostuvo un encuentro con directores de diversos colegios chilenos en el que expuso sobre educación diferenciada; y también dictó una charla para los papás de nuestros establecimientos llamada “Educación Afectiva, Educación Efectiva”.

– ¿Cómo evalúa su estadía en SEDUC y sus colegios? 

Después de conocer más a fondo los colegios, tanto en la semana que he pasado ahora en Chile como en mi viaje del año pasado, mi impresión es que son colegios muy bien gestionados, con un elevado prestigio académico, con buen ambiente y buenos niveles de formación. Los que trabajamos en la enseñanza sabemos lo difícil que es lograr eso, así que cuenten ustedes con mi más sincera enhorabuena.

– ¿Recibió algún feedback por parte de profesores, directivos y/o papás durante las instancias en las que compartió con ellos?

Tuve la oportunidad de reunirme con casi todos los equipos directivos, de trabajar también con diversas personas de los servicios centrales de SEDUC, de visitar casi todos los colegios, así como de estar en otras sesiones con profesores y con papás. En todos los casos he hecho muchas preguntas y también me las han hecho a mí, por lo que el feedback ha sido muy completo.

– Usted sostuvo un encuentro con directivos de colegios de nuestro país acerca de la educación diferenciada. A su juicio, ¿cuáles son los principales aspectos positivos de la educación diferenciada?

Diría, sobre todo, que de la educación diferenciada hay una excelente experiencia práctica de muchos colegios en los lugares más diversos del mundo y en situaciones muy diferentes. No me gusta hablar de que unos modelos educativos sean mejores que otros, como no suelo decir que sea mejor ser ingeniero (es lo que soy yo) que ser médico o abogado, pero yo estoy muy contento siendo ingeniero y sobre todo no me gustaría nada que alguien quisiera que todos hagamos lo mismo. La educación diferenciada y la mixta funcionan ambas muy bien, y en particular veo por ejemplo que la educación diferenciada tiene unos excelentes resultados académicos y que amortigua los estereotipos de género.

– ¿Cómo analiza la situación de la educación diferenciada a nivel mundial?

Pienso que la  enseñanza mixta fue un avance –  e incluso una necesidad – en un determinado momento histórico en muchos países, en un momento en el que la mujer estaba relegada a un segundo plano. Pero ahora, desde luego, es bastante discutible que hoy la enseñanza mixta aporte mucho ya por sí misma en esa línea. Nuestra sociedad es totalmente mixta y hay personas que pensamos que no pasa nada porque a determinadas edades los chicos y las chicas estén separados en el aula y se concentren más en las cuestiones académicas.

Creo que la principal razón por la que se promueven y se mantienen esos colegios es porque los alumnos y las familias que acuden a esos colegios están satisfechos con la enseñanza que allí reciben. Creo que las familias buscan sobre todo una buena escuela. Cuando ven cómo funcionan esas escuelas se dan cuenta de que es un modelo muy atractivo. No saben explicar bien por qué, pero los resultados académicos y de socialización son muy buenos, y eso es lo que cuenta. Quizá el problema para algunos es que asocian la educación diferenciada a modelos antiguos, pero lo cierto es que hoy la educación diferenciada debería encuadrarse entre los modelos más valientes e innovadores del panorama educativo.

– Usted dictó una charla a los papás sobre “Educación afectiva, educación efectiva”. ¿Cómo se vinculan ambos conceptos?

De izquierda a derecha: Jaime Cordero (Director General de SEDUC); María Debesa (Directora del Colegio Los Andes); y el profesor Alfonso Aguiló.

Todos conocemos personas con un alta preparación intelectual pero con escasas aptitudes emocionales, y vemos que se manejan en la vida mucho peor que otras que han sabido educar bien sus sentimientos. La educación de los sentimientos comprende habilidades como el conocimiento propio, el autocontrol y equilibrio emocional, la capacidad de motivarse a uno mismo y a otros, el talento social, el optimismo, la constancia, la capacidad para reconocer y comprender los sentimientos de los demás, etc.

Las personas que gozan de una buena educación afectiva son personas que suelen sentirse más satisfechas, son más eficaces y hacen rendir mucho mejor su talento natural. Quienes, por el contrario, no logran dominar bien su vida emocional, se debaten en constantes luchas internas que socavan su capacidad de pensar, de trabajar y de relacionarse con los demás. Como es lógico, no se trata de sustituir la razón por los sentimientos, ni tampoco lo contrario. Se trata de descubrir el modo inteligente de armonizar mente y corazón, razón y sentimientos. El gran logro de la educación afectiva es conseguir, en lo posible, unir el querer y el deber, porque así se alcanza siempre un grado de felicidad y de libertad mucho mayores.

Hoy, los niños y adolescentes conviven con medios de comunicación más erotizados que antes. ¿Cómo pueden los papás educar la afectividad de sus hijos en ese contexto?

Lo primero es admitir la realidad en que viven y vivimos, y no ignorarla. Y luego pensar mucho en cómo hacer entender, y entender bien primero nosotros, que el  amor es la realización más completa de las posibilidades del ser humano. Es lo más íntimo y más grande, donde encuentra la plenitud de su ser, lo único que puede absorberle por entero. El entusiasmo que produce un enamoramiento limpio y sincero saca al hombre o a la mujer de sí mismos para entregarse y vivir en y para el otro: es el entusiasmo mayor que tienen en su vida la mayoría de los seres humanos. Cuando el placer y el amor se unen a la entrega mutua, es posible entonces alcanzar un alto grado de felicidad y de placer. En cambio, cuando prima la búsqueda del simple placer físico, ese placer tiende a convertirse en algo momentáneo y fugitivo, que deja un poso de insatisfacción. Porque la satisfacción sexual es en realidad solo una parte, y quizá la más pequeña, de la alegría de la entrega sexual con alma y cuerpo propia de la entrega total del amor conyugal.

El terreno sexual ofrece, más que otros, ocasiones de servirse de las personas como de un objeto, aunque sea inconscientemente. La dimensión sexual del amor hace que este pueda inclinarse con cierta facilidad a la búsqueda del placer en sí mismo, a una utilización sexual que siempre rebaja a la persona, pues afecta a su más profunda intimidad. Al ser el sexo expresión de nuestra capacidad de amar, toda referencia sexual llega hasta lo más hondo, al núcleo más íntimo, e implica a la totalidad de la persona. Y precisamente por poseer tan gran valor y dignidad, su corrupción es particularmente perniciosa. Cada uno hace de su amor lo que hace de su sexualidad.